Después de este fin de semana, hemos visto imágenes de jóvenes que
llevaban pancartas con el lema
"Menos Halloween y más Tenorio". Ante esto, hemos creído importante
añadir algo de información acerca de las dos tradiciones.
Sobre la costumbre de representar el Tenorio durante la festividad
de Todos los Santos o la víspera de Difuntos existe
disparidad de opiniones. Algunos autores dicen que Zorrilla escribió la obra un
1 de noviembre, otros se equivocan afirmando que el segundo acto, la escena del
cementerio, transcurre durante ese día, pero todos coinciden en afirmar
que la costumbre se estableció por los recursos dramáticos que se utilizan en
la segunda parte de la obra, donde adquiere el protagonismo la muerte, las presencias
fantasmagóricas, la redención y salvación del alma del arrepentido. Todo ello
ambientado en un siniestro cementerio donde los
muertos cobran vida. Y
también es cierto que la segunda vez que se representó el Tenorio, 16 años
después de su estreno, era un 1 de noviembre.
Hoy en
día sigue siendo un clásico para este día. Este año lo podíamos ver, por
ejemplo, en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Lo que hoy conocemos como la
Noche de Brujas o Halloween se celebraba hacen más de 3000 años por los
Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y
Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas celebraban el fin de año con
el Samhain, una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos,
principalmente la de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de
Halloween al continente americano. Cuando
se habla de Halloween o Día de las Brujas se
piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños; pero la tradición
indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre, y que los ritos que
se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso.